
El director Robert Eggers es reconocido por su estilo visual inconfundible, caracterizado por una atención minuciosa a los detalles y una estética que refuerza el tono sombrío y atmosférico de sus historias. Recientemente, se estrenó Nosferatu, su más reciente proyecto, una adaptación de la famosa película de 1922. Hoy, profundizaremos en uno de los aspectos más aclamados de Eggers: su estilo visual, que sin duda le permite crear atmósferas únicas en cada uno de sus proyectos.
A lo largo de su carrera, Eggers ha trabajado con cinematógrafos como Jarin Blaschke y Magnus Nordenhof Jønck, quienes han sido fundamentales para el desarrollo de un lenguaje visual que se ha convertido en sello distintivo de su obra. A continuación, te presentamos tres características clave que definen su estilo visual.

Simetría: la tensión en el encuadre
Una de las herramientas más poderosas de Eggers es el uso de la simetría para aumentar la tensión en sus películas. En The Witch, el director coloca a sus personajes en paisajes vastos y abiertos, pero siempre dentro de encuadres que los rodean, lo que genera una sensación de estar atrapados o vigilados. Esta técnica se lleva al extremo en The Lighthouse, donde la película se filma en formato cuadrado, creando una atmósfera de confinamiento y claustrofobia que se intensifica con cada plano.

Luz natural y contrastes dramáticos
La luz es otro de los elementos que definen la cinematografía de Eggers. En lugar de recurrir a fuentes artificiales, el director opta por trabajar con luz natural o fuentes limitadas, lo que da a sus películas una sensación orgánica y auténtica. En The Witch, las sombras creadas por las fogatas y velas sumergen al espectador en una atmósfera oscura y opresiva, mientras que en The Lighthouse, los contrastes dramáticos entre la luz y la sombra amplifican la ansiedad, creando un ambiente tenso y desorientador.

Movimiento de cámara calculado
El movimiento de cámara en las películas de Eggers es preciso y deliberado, con el objetivo de intensificar la experiencia emocional del espectador. En The Witch, la cámara estática refuerza la sensación de ser observadores distantes de la acción, aumentando la tensión. The Lighthouse cuenta con movimientos más sutiles de la cámara que amplifican la incomodidad y ansiedad, mientras que en The Northman, el movimiento se vuelve más fluido, especialmente en las escenas de batalla, equilibrando la violencia con la majestuosidad de la puesta en escena.

Estas tres características son solo algunas de las herramientas visuales que Robert Eggers utiliza para crear atmósferas únicas en sus películas. La cinematografía no es solo un recurso estético, sino una poderosa herramienta narrativa que le permite sumergir al espectador en mundos oscuros y fascinantes, reflejando la esencia de sus historias y aumentando la carga emocional de cada escena.

Recuerda que puedes ver su más reciente obra, Nosferatu, en nuestras salas de Cinedot.