Una de las películas que está dando de qué hablar en los últimos días ha sido ‘Woman of the Hour’ conocida en México como ‘El Asesino del Juego de las Citas’, el filme es protagonizado por Daniel Zovatto y Anna Kendrick quien debuta como directora en este intrigante thriller, pero lo que más ha llamado la atención de la película es la escalofriante historia en la que está basada.
La cinta narra la historia de Rodney Alcala, también conocido como el “asesino del juego de citas”, quien fue un asesino en serie estadounidense que aterrorizó a California en los años 70. Nacido en 1943, Alcala era un hombre inteligente con un coeficiente intelectual superior al promedio, y había estudiado fotografía en la Universidad de Nueva York bajo la tutela del célebre fotógrafo Roman Polanski. Sin embargo, bajo esa fachada de normalidad, se escondía un depredador brutal.
Alcala fue responsable de la muerte de al menos ocho mujeres y niñas, aunque las autoridades creen que el número real de víctimas podría ser mucho mayor. Su método de operación incluía atraer a jóvenes, a menudo haciéndose pasar por fotógrafo, convenciéndolas de posar para él antes de secuestrarlas, violarlas y asesinarlas.
En septiembre de 1978, mientras estaba en medio de su ola criminal, Alcala fue seleccionado para participar en “The Dating Game”, un programa donde un soltero hacía preguntas a tres concursantes para elegir una cita sin verlos. Alcala fue presentado como fotógrafo y ganó el concurso, siendo seleccionado por la mujer soltera, Cheryl Bradshaw. Sin embargo, ella decidió no salir con él, ya que después del programa lo consideró como alguien “escalofriante”.
Lo más perturbador es que en el momento de su aparición en el programa, Alcala ya había asesinado a varias mujeres y continuó haciéndolo hasta ser arrestado en 1979. Fue condenado por primera vez en 1980, pero debido a apelaciones y juicios repetidos, no fue hasta 2010 que fue finalmente sentenciado a muerte por el asesinato de cinco mujeres.
La aparición de Alcala en “The Dating Game” resalta la desconcertante capacidad de los criminales para enmascararse
